La terraza de pensar

LA TERRAZA DE PENSAR —Jefe, ¿quiere que le subamos un café? —preguntó Will. El jefe ni siquiera levantó la vista del suelo; continuó caminando por la azotea del edificio, como un sonámbulo. Will suspiró y siguió tras él; lo acompañaban Travis y Marcus, otros dos empleados. —Este hombre tiene un problema —murmuró Travis—. Todos los años lo mismo… —Yo creo que el problema lo tenemos nosotros —replicó Marcus—. Parecemos tontos detrás de él todo el rato. —A mí me da exactamente igual —dijo Will—. Es mi trabajo y en mi casa vivimos de esto. El jefe apretaba los puños mientras caminaba. A veces, levantaba uno y golpeaba el aire. Otras veces, se paraba un instante antes de seguir. Hacía frío en la terraza. Soplaba un viento molesto y el cielo estaba encapotado. Will se calentó las manos con el aliento, Marcus se las frotó. —¿Por qué no le preguntas otra vez…? —propuso Travis. Will esperó un momento y volvió a intentarlo: ...