LUNA LLENA
LUNA LLENA La piel de la mujer era oscura, como la garganta de un lobo. Estaba obesa y vestía una falda larga, con pequeños cuadros azules y blancos estampados. Tenía un pañuelo atado en la cabeza. Sus ojos brillaban con la luz de la luna. Dio dos vueltas sobre sí misma, canturreando una canción en una extraña lengua. Era una melodía triste, como una tarde de otoño. Tomó después unas ramas casi secas y arañó el aire con fuerza, tratando de hacerle daño. Dio un grito agudo y, en silencio, en el centro del callado cementerio, se inclinó, tomó una botella que contenía un líquido blanco, engulló un buche, lo mantuvo en la boca inflando los carrillos mientras cerraba los ojos, y lo escupió con fuerza, lo más lejos que pudo. Gritó de nuevo con voz penetrante. El líquido se extendió sobre el suelo de arena. Fue repitiendo aquel antiguo ritual dando pequeños saltos en los que miraba hacia el norte y después hacia el oeste. Cuando se orientó hacia el sur, esperó y pronunció l...