La desgracia de ser familia de Ernesto

La desgracia de ser familia de Ernesto (Ernesto) Antes del fin de semana, mataré a mi tía Angelines. Sí, sí, la mataré. Veré cómo se retuerce de dolor con lo que le ponga en la tisana. Le faltará la respiración hasta que se ahogue. Hay venenos muy efectivos. Juan, el dueño de la ferretería, me dirá cuál usar y cómo conseguirlo. Igual le pido que me lo busque él mismo, ya veremos. Al principio se va a negar a decirme lo que utilizó, claro; pero yo lo amenazaré con revelar su secreto. Ya estoy viendo su cara. Le diré: «Vas a ir a la cárcel, por tonto. Sí, sí. Por tonto. Si no me ayudas diciéndome cómo lo voy a conseguir, te denunciaré y tardarás muy poco en detenerte. Te meterán en chirona un montón de años y, al final, te vas a enterar de cómo tratan en prisión a los que matan a sus mujeres. No te gustará, ya verás». Él me mirará con los ojos muy abiertos, como cuando van a acabar con la vida de un animal y todo huele a matarife. Yo le sonreiré con desprecio, que es lo q...